Durante la segunda mitad del siglo XIX
se produjo en España el auge del ferrocarril, cuyas líneas no sólo sirvieron
para transportar viajeros sino también las mercancías destinadas al consumo y
al comercio.
Almería carecía de una infraestructura
ferroviaria que pudiera dar salida a la ingente cantidad de productos del campo
y de la minería que producía. Es por ello que se vio en el ferrocarril un
remedio a estos males.
A finales de la década de los 80,
Garrucha comenzó a sufrir una perceptible decadencia por la sensible
disminución de la actividad minera de Sierra Almagrera. Esta crisis evidenció
la necesidad de que mejoraran las comunicaciones con todos los pueblos de la
comarca para que también los productos agrícolas pudieran embarcarse en la rada de Garrucha y se reactivara el comercio y, por tanto, el bienestar y la riqueza de los
garrucheros.
Como ya se ha comentado en otras entradas, uno de los males que padecía Garrucha
en el siglo XIX era la falta de infraestructuras terrestres que hiciera rentable económicamente
el transporte de mercancías por tierra. Por ello, a lo largo del siglo XIX, los prohombes del municipio fomentaron la construcción de líneas de ferrocarril que beneficiarían a
Garrucha.
En 1885 se aprobó en el Congreso, dentro del Plan
General de ferrocarriles, la construcción de una línea de Calasparra-Lorca-Almería,
aunque su trazado no atendía las necesidades de muchos municipios del levante
almeriense.
En este contexto histórico, los
industriales, comerciantes y vecinos de Garrucha, en general, enviaron en
Octubre de 1888 a la Reina Regente Doña María Cristina una carta razonada en la
que terminaban rogándole que se variara el trazado del proyectado ferrocarril de Calasparra a
Almería para que pasara también por los pueblos de Vera y Garrucha en su camino
costero hacia Almería.
En
el gran objetivo de la consecución de la construcción del ferrocarril, Don
Francisco Berruezo López tuvo un papel muy destacado. Así, el
22 de noviembre de 1888, siendo Alcalde de Garrucha, convocó una gran reunión en el
Ayuntamiento para constituir la que se denominó Junta General Gestora del ferrocarril de Calasparra a Almería por Huércal-Overa.
El Diario de Murcia (Murcia, 1/12/1888) |
A la reunión asistieron las
autoridades, propietarios, industriales, comerciantes, representantes de los
Cuerpos Consulares y personas que llevaban la representación de diversos
pueblos de la comarca del Almanzora, con el objetivo de que los concurrentes propusieran y discutiesen los medios más
conducentes al logro de que el empalme del ferrocarril de Calasparra a Almería,
en proyecto, con el de Murcia a Granada, en construcción, en vez de verificarse
en Pulpí, como se proponía por el concesionario de aquel estudio, se efectuase
en el punto de Almajalejo (Huércal-Overa) o en cualquier otro que pudiera ser
más conveniente dentro de las jurisdicciones de Zurgena ó Huercal-Overa.
En la citada reunión y por votación
se eligieron a los componentes de la Junta General Gestora, que resultaron ser:
El Eco de Levante (Garrucha, 4/12/1888) |
Uno de los primeros acuerdos de la
Junta fue la remisión de un escrito al Ministro de Fomento informándole de la
constitución de la misma y su objetivo.
En 1889 creció la ilusión de todos
cuando las Cortes aprobaron sacar a
subasta las dos secciones del ferrocarril de Calasparra a Almería, pero
añadiendo a la sección de Lorca a Almería un ramal desde la estación de Vera;
sin embargo, pasaron los años sin que se materializara pese a la reitera
insistencia de la citada Junta Gestora.
En junio de 1900, después de una
entrevista con Don Ivo Bosch, Presidente de la Compañía de los Ferrocarriles
del Sur de España, se constituyó en Garrucha una Junta Local para prestar ayuda
a la Junta General en cuantas gestiones fuesen necesarias para conseguir la
pronta construcción de la ansiada línea férrea de Lorca a Almería y atender una
de las principales peticiones del Sr. Bosch, que era la de que se comprometieran
los propietarios de fincas a ceder los terrenos por los que tuviera que pasar
la línea férrea, pues la construcción que había hecho del ferrocarril de
Linares a Almería sufrió algún que otro retraso por la oposición de alguno de los propietarios de aquellos terrenos.
La Junta
Local quedó constituida por las siguientes personas:
El Eco de Levante (Garrucha, 22/6/1900) |
El primer gran propietario de Garrucha en manifestar la
adhesión a lo comentado por D. Ivo Bosch y la cesión de sus terrenos para la
construcción de la línea ferroviaria fue D.
Francisco Berruezo López, como se recoge a continuación:
Sr.
Director de EL ECO DE LEVANTE.
Muy
señor mío y distinguido amigo: Las impresiones traídas de Almería por la
comisión gestora que ha conferenciado con D. Ivo Bosch sobre el ferrocarril de
Lorca a Almería, han producido en mi el mismo efecto que ha debido causar en
todos los buenos hijos amantes de este desventurado país.
Plenamente
consciente de que esa línea constituye nuestra redención, soy mantenedor desde
un principio de la hermosa idea, y siempre he estado adherido a cuantas
personas han trabajado por conseguir la aspiración general.
También
estoy persuadido de que las exigencias del Sr. Ivo Bosch son bien legítimas en
un todo, y como según los estudios que vi hacer, la línea debe atravesar una
finca de mi propiedad, me comprometo
desde este momento a poner a disposición del Sr. Bosch todo el terreno que
necesite de mi referida finca, no oponiendo dificultad alguna a las obras y
sometiéndome a la tasación pericial.
¿Es
esto lo que quiere Don Ivo Bosch? ¿Puede venir de este modo la salvación de
esta zona? Pues entonces, el Sr. Director, pronto comenzaremos a sentir los
efectos de la realización de tan vital asunto, pues no creo ni debe esperarse
que un solo propietario se oponga a tan trascendental obra, cuando sus
intereses particulares nada pueden sufrir, y es de interés general la
construcción de la línea de Lorca a Almería.
De V. affmo. amigo S. S. Q. B. S. M.
Francisco
Berruezo López.
(El Eco de Levante, Garrucha, 6 de mayo de
1900)
Una de las voces más respetadas e importantes de la Garrucha de esos años se había
pronunciado al respecto y ante el llamamiento “no creo ni debe esperarse que un solo propietario se oponga a tan
trascendental obra”, se produjo efecto dominó y, uno tras otro, los
propietarios de los terrenos por los que debía pasar la vía del ferrocarril
empezaron a adherirse a la causa. Señores como D. Diego López González, D.
Jorge Clifton Pecket, D. Benigno de Chávarri, D. Miguel Saéz, D. Juan López
Fernández, D. Simón Fuentes, D. José García Suesa, la Sociedad Minera “La
Recuperada” a través de su Presidente D. Sixto Espinosa… mandaron a El Eco de Levante escritos similares al
de D. Francisco Berruezo López.
Pese a todas las duras e intensas gestiones que desarrollaron estos grandes hombres para la consecución de la construcción del ferrocarril de Lorca a Almería, la magna obra redentora del levante almeriense nunca se llevó a cabo por la falta real de interés del Gobierno de España al observar, posiblemente, la progresiva decadencia económica de la comarca del Almanzora a principios del siglo XX, por la paralización paulatina de la minería. Esto hizo restar importancia comercial e industrial a aquellos municipios y, por tanto, el decaimiento del interés del Gobierno en la construcción del citado ferrocarril. Sin lugar a dudas, la no realización de la dicha obra sentenció a Garrucha a una lenta y cruel agonía que la llevó al retraimiento económico una vez se paralizó por completo la minería como consecuencia de la Primera Guerra Muncial (1914-1918) y la consiguiente crisis económica internacional. No obstante, Don Francisco Berruezo López y sus hijos, destacando la figura de Don Bernardo Berruezo Gerez, junto a los demás prohombres del municipio lucharon ferozmente por aquello que tantos bienes hubiese traído a su querido pueblo, a su querida Garrucha. Hicieron todo lo que estaba en sus manos.
[Continuará]
Pese a todas las duras e intensas gestiones que desarrollaron estos grandes hombres para la consecución de la construcción del ferrocarril de Lorca a Almería, la magna obra redentora del levante almeriense nunca se llevó a cabo por la falta real de interés del Gobierno de España al observar, posiblemente, la progresiva decadencia económica de la comarca del Almanzora a principios del siglo XX, por la paralización paulatina de la minería. Esto hizo restar importancia comercial e industrial a aquellos municipios y, por tanto, el decaimiento del interés del Gobierno en la construcción del citado ferrocarril. Sin lugar a dudas, la no realización de la dicha obra sentenció a Garrucha a una lenta y cruel agonía que la llevó al retraimiento económico una vez se paralizó por completo la minería como consecuencia de la Primera Guerra Muncial (1914-1918) y la consiguiente crisis económica internacional. No obstante, Don Francisco Berruezo López y sus hijos, destacando la figura de Don Bernardo Berruezo Gerez, junto a los demás prohombres del municipio lucharon ferozmente por aquello que tantos bienes hubiese traído a su querido pueblo, a su querida Garrucha. Hicieron todo lo que estaba en sus manos.
[Continuará]
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