viernes, 24 de julio de 2015

D. Pedro Berruezo Gerez (1871-1952). Parte VIII


D. Pedro Berruezo Gerez
Col. José Berruezo García
Cortesía Ernesto Ortuño Berruezo
El 29 de marzo de 1939 fue tomada Garrucha por las tropas nacionales. El mando en jefe pidió a Don Pedro Berruezo, que había regresado al municipio tras la “liberación”, que fuese Alcalde del nuevo Consejo Municipal, pero éste rechazó cortésmente el ofrecimiento. Ya se sabe que por sus fuertes convicciones democráticas no comulgaba con regímenes totalitarios.

Una vez terminada la guerra, empezaron los juicios contra los excesos cometidos durante el conflicto bélico. Algunos de los familiares de los que iban a ser represaliados por el franquismo pidieron a Don Pedro que intercediese a favor de ellos para evitar, principalmente, la pena de muerte. Él, pese a lo ocurrido y vivido en sus propias carnes, lo hizo, ya que por encima todo consideraba que estaba la vida de las personas, llegando incluso a testificar a favor de un vecino que fue Alcalde comunista de Garrucha y miembro del Comité Revolucionario durante la guerra; este testimonio fue relevante para que salvara la vida.

A principios de los años 40, decidió marcharse a Melilla, donde algunos de sus hijos se habían asentado en los años 30 por motivos profesionales. Allí vivió tranquilamente su vejez, recordando con nostalgia sus años en Garrucha, disfrutando de sus nietos y recibiendo de tarde en tarde la visita de garrucheros que le querían tributar su agradecimiento por algún motivo del pasado.

Finalmente, Don Pedro Berruezo Gerez falleció en Melilla el 11 de junio de 1952, a la edad de 80 años. Su entierro fue una solemne manifestación de duelo, donde acudieron la práctica totalidad de los garrucheros residentes en la ciudad autónoma. Se cuenta que semanas antes de fallecer destruyó una gran caja llena de documentos relativos a préstamos que había concedido durante años y que todavía estaban por devolver. Jamás reclamó nada a nadie que por su precariedad económica no pudiese reintegrarle la cantidad de dinero prestada.


Se puso fin a la vida de un gran hombre, de un gran Berruezo. Digno descendiente de un linaje de notables. Las personas que tuvieron el privilegio de conocerlo y gozar de su amistad, siempre lo recordaron con un gran cariño, aludiendo a la enorme labor que realizó sin descanso en favor de los más necesitados de Garrucha. Dijeron de él que era la bondad en persona, una mano amiga siempre dispuesta a ayudar a sus vecinos. Todavía hoy, entre los más mayores del municipio, se recuerda con sincero afecto a Don Pedro, como era conocido por todos.

La figura política de Don Pedro Berruezo Gerez fue de una enorme trascendencia para Garrucha. Sin lugar a dudas fue el político local más destacado de las primeras décadas del siglo XX. Como Alcalde llevó a cabo una política muy personalista y paternalista, trabajando firmemente por la mejora de Garrucha y sus vecinos.

Hombre de elevada formación y cultura, tuvo siempre un alto sentido del honor y el deber. Paladín destacado del regeneracionismo garruchero, fue toda su vida un demócrata convencido. Su nieto D. Ernesto Ortuño Berruezo todavía recuerda una de las frases que le dijo siendo niño en este sentido: "La mejor forma de gobierno para un pueblo civilizado es la democracia".

Ante la magna figura histórica de Don Pedro Berruezo Gerez, sólo queda admirar con orgullo familiar imperecedero a este Hijo ilustre de Garrucha, a este gran prohombre, a este enorme referente de abnegación y filantropía. Con su ejemplo de vida, cobra más sentido que nunca la frase del escritor alemán Goethe, aquella que dice: "Dichoso aquél que recuerda con agrado a sus antepasados, que gustosamente habla de sus acciones y de su grandeza, y que serenamente se alegra viéndose al final de tan hermosa fila".


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