viernes, 25 de septiembre de 2015

Los Berruezo y la Real Orden de Isabel la Católica


Placa de la Gran Cruz de la Orden
La Real Orden de Isabel la Católica fue instituida por el Rey Fernando VII el 14 de marzo de 1815 con el nombre originario de “Real Orden Americana de Isabel la Católica” para, en un primer momento, “premiar la lealtad acrisolada y los méritos contraídos en favor de la prosperidad de aquellos territorios”.

Mediante el Real Decreto de 26 de julio de 1847, esta Orden se adecuó a su tiempo, tras la pérdida de las colonias americanas, y adoptó el nombre oficial de “Real Orden de Isabel la Católica”. El ministro de Estado de Isabel II, D. Juan Francisco Pacheco, quiso con esta reorganización de la condecoración que fuese un premio civil para ciudadanos de ultramar. Sin embargo, esto no se cumplirá y se otorgará también a peninsulares. Su concesión premiaba los comportamientos extraordinarios que hubiesen realizado los ciudadanos en beneficio de la Nación Española. Aún en vigor, es la tercera condecoración más importante de España después del Toisón de Oro y la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III.

A lo largo del siglo XIX fueron varios los miembros de la familia Berruezo que recibieron esta Real Orden:

  1. D. Francisco Berruezo y Berruezo, Caballero.
  2. D. Antonio Berruezo Ayora, Comendador.
  3. D. Francisco Berruezo López, Caballero.
  4. D. Pedro Antonio Berruezo García, Comendador.

Don Francisco Berruezo y Berruezo (1825-1879). Militar y político natural de Vera (Almería). Sirvió en el Cuerpo Administrativo del Ejército, en el que llegó a ser Comisario de Guerra de Segunda Clase y, retirado del servicio, fue Concejal, Teniente de Alcalde en 1875 y Diputado Provincial en Valencia. Fue agraciado por Isabel II con el nombramiento de Caballero de la Real Orden de Isabel la Católica el 27 de octubre de 1860. Además, estuvo en posesión de la medalla de la Guerra de África por su valerosa y eficaz participación en dicha contienda. Asimismo, recibió una Mención Honorífica el 15 de marzo de 1870 por los servicios prestados como Contador del Hospital Militar de Valencia durante los sucesos republicanos ocurridos en Valencia en octubre de 1869. Era hermano del Brigadier del Ejército, político y empresario D. José Antonio Berruezo y Berruezo.

Don Antonio Berruezo Ayora (1818-1887). Jurista, militar y empresario natural de Turre (Almería). Durante la Primera Guerra Carlista destacó por su valentía y arrojo, lo que le valió ser nombrado por Isabel II Benemérito a la Patria. Terminado el conflicto bélico estudió Leyes y fue Escribano Criminalista en diversos Juzgados de Primera Instancia en Madrid. Fue agraciado por el Rey Amadeo I con el nombramiento de Comendador ordinario de la Real Orden de Isabel la Católica el 5 de febrero de 1871. Además, tras la inesperada muerte de su yerno D. José María Labernia en 1875, se hizo cargo de la gerencia de sus prósperos e importantes negocios de índole minero, lo que le hizo estar al frente de una las Casas Comerciales e Industriales (Viuda de Labernia e Hijos) más importantes del levante almeriense.

D. Francisco Berruezo López
Col. José Berruezo García
Cortesía María Luisa Alías Berruezo
Don Francisco Berruezo López (1841-1917). Comerciante, propietario, inversor minero e industrial natural de Viator (Almería). Afincado a temprana edad en Garrucha, donde su tío el potente empresario D. Manuel Berruezo Ayora (Primer Alcalde de Garrucha) estaba levantando un considerable imperio económico, desarrolló toda su actividad profesional desde este municipio del levante de Almería. Dedicado a los negocios desde su juventud, ya destacó a la edad de 26 años como el comerciante más próspero de Garrucha, como así consta en el BOPA de 29 de septiembre de 1867 al destacarlo como el Mayor Contribuyente de Clase Mercantil del municipio. A nivel industrial se tiene constancia de su participación en la industria harinera, naviera, minera... Fue uno de los inversores mineros más potentes del levante almeriense, con más de 60 minas registradas en la provincia de Almería, y es considerado uno de los padres de la minería de Bédar. Además, dada su posición y lo habitual en su época entre los de su clase, se adentró en la política local. Fue Concejal, Regidor Síndico y Alcalde de Garrucha de 1887 a 1889. Asimismo, fue Vicecónsul de Portugal en Garrucha más de 40 años y fue nombrado por el Rey Alfonso XII Caballero de la Real Orden de Isabel la Católica el 19 de marzo de 1885. Don Francisco Berruezo destacó también como uno de los mayores impulsores y salvaguardas de la Semana Santa de Garrucha. Toda una personalidad en el municipio, su muerte causó una profunda conmoción y el comercio sin excepción cerró sus puertas en señal de duelo.

D. Pedro Antonio Berruezo García con
la encomienda de la Orden en el cuello.

Col. José Berruezo García
Cortesía María Teresa Ituarte Mata
Don Pedro Antonio Berruezo García (1854-1905). Funcionario de la Real Hacienda e inversor minero natural de Mojácar (Almería). Pertenecía a una de las familias más importantes de Garrucha. Su padre, D. Pedro Berruezo Soler, fue uno de los personajes más relevantes de la Historia de Garrucha. Administrador de Rentas en Garrucha, participó activamente junto a otros miembros de la familia Berruezo en la consecución de la independencia de Garrucha respecto de Vera en 1861. Fue Regidor en el Primer Gobierno Municipal, Alcalde de la villa de 1873 a 1874, inversor minero partícipe en la constitución de diversas Sociedades Mineras y un acaudalado propietario en el levante almeriense.

D. Pedro A. Berruezo siguió los pasos de su padre e hizo carrera como funcionario de Hacienda, continuando así una saga familiar de cuatro generaciones dedicadas al servicio de Rentas. Además de Oficial de las Aduanas de Barcelona y Tarragona, fue inversor minero. Se tiene constancia de que registró minas de hierro en los términos municipales de Ulldemolins, Irlas... pertenecientes a la provincia de Tarragona. Sin lugar a dudas, este interés en los asuntos mineros lo aprendió en Garrucha, puesto que la familia Berruezo se desarrolló de manera exitosa en este sector en el levante almeriense, obteniendo pingües beneficios. Fue nombrado por el Rey Alfonso XIII, y en su nombre la Reina Regente María Cristina, Comendador ordinario de la Real Orden de Isabel la Católica el 24 de diciembre de 1888.


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