martes, 12 de julio de 2016

D. Bernardo Gerez Soler (1812-1879)


Don Bernardo Gerez Soler es uno de esos personajes maltratados por la Historia. Ese tipo de personas que, por razones desconocidas, pasan desapercibidas a los historiadores locales, a pesar de que su contribución a la emancipación y progreso de Garrucha fue muy importante. Por ello, sirvan estas modestas líneas biográficas en recuerdo de este prócer de la patria garruchera.

D. Bernardo nació en Vera el 20 de diciembre de 1812, en plena Guerra de la Independencia. Era hijo de D. Francisco Gerez Márquez y Dña. Juana Soler Caparrós.

Carabineros del Resguardo. Hacia 1838
Su padre, empleado de la Real Hacienda, falleció el 2 de junio de 1812 víctima de la epidemia de fiebre amarilla que asoló Vera en esos años, por lo que nuestro biografiado fue hijo póstumo. Sin embargo, tuvo la suerte de que un buen amigo de su padre, D. Bernardo Ramírez, compañero de trabajo, fuese su padrino de bautismo. Este hombre se preocupó por el pequeño huérfano, encargándose de su educación y procurándole un porvenir. Gracias a él, Bernardo aprendió el oficio de Rentas y pudo ingresar en el Cuerpo de Carabineros del Resguardo, institución militar dependiente del Ministerio de Hacienda.

Convertido en un hombre de provecho, nuestro personaje contrajo matrimonio el 1 de junio de 1835 en Vera con su gran amor de adolescencia, Dña. Concepción Segura Cervantes. Con ella tendría varias hijas, aunque sólo una de ellas llegaría a edad adulta: Dña. María del Mar Gerez Segura, que acabaría casándose con D. Francisco Berruezo López.

Era una época de cambios para el levante almeriense, ya que, tras el descubrimiento en 1838 de los filones de plomo argentífero en el Jaroso de Sierra Almagrera, la monótona vida de los habitantes del lugar dio un gran giro. Los pequeños burgueses y propietarios, ante la riqueza que comenzaba a generar la naciente industria minera, rápidamente se vincularon a este muy lucrativo sector. Don Bernardo hizo lo propio y ya desde bien temprano podemos verlo como accionista de diversas sociedades mineras: San Antonio Abad (1842, Sierra Almagrera), San Ildefonso (1842, Sierra Almagrera), Purísima Concepción (1842, Sierra Almagrera), San Rafael (1847, Sierra Cabrera), Petronila (Herrerías)… Asimismo, hacia 1843 vendió partes de minas que poseía en distintas compañías de Sierra Almagrera a comerciantes malagueños, que constituyeron la sociedad “Buena Fe Malagueña”, lo que le reportó un beneficio millonario para la época. También, registró algunas minas como la Zoraida, en 1870.

Por aquellos años, o quizás antes, debió entablar amistad con don Manuel Berruezo Ayora, lo que acabaría a la postre por cambiarle la vida. En este tiempo pretérito, don Manuel era un joven emprendedor con maneras de buen comerciante que se había asentado en Garrucha hacia 1843 con géneros traídos de las Islas Baleares. Seguramente, su cada vez más estrecha amistad con Berruezo y el prometedor futuro que se le empezaba a atisbar a Garrucha motivó que se trasladase de Vera hasta esta rica pedanía a vivir en la década de 1840.

Asentado en Garrucha, dejó su empleo de carabinero y, poco a poco, con el importante dinero que le generaba la minería se dedicaría de manera exitosa a la compra-venta de propiedades, llegando a ser uno de los propietarios e inversores mineros más ricos de Garrucha. Asimismo, participó en numerosos negocios junto su buen amigo don Manuel Berruezo, como por ejemplo en la constitución en 1858 de la trascendente sociedad que explotó las minas Venus, Júpiter, Hércules y Minerva en la Sierra de Bédar.

A partir de la década de 1850, se alineó políticamente en torno a la figura de don Manuel Berruezo, ya que éste había asumido la jefatura local de la Unión Liberal. Puede decirse que don Bernardo Gerez fue un miembro destacado de la cuadrilla política de Berruezo, que aglutinaba también figuras importantes de Garrucha como D. Tomás Latorre Campoy, D. Pedro Berruezo Soler o los hermanos Cervantes Quesada.

Don Bernardo Gerez participó activamente, junto con los Berruezo y otras familias, en la consecución de la independencia de Garrucha respecto de Vera. La lucha para conseguir esta meta no fue sencilla, pues pese a haber obtenido la emancipación mediante la Real Orden de 16 de marzo de 1858 firmado por Isabel II, los veratenses pelearon ferozmente enviando comisiones a Madrid para frenar la secesión. Sin embargo, de nada sirvieron las gestiones que hizo Vera, tan sólo para frenar dos años lo que ya era irreversible. Finalmente, la orden del Gobernador Provincial de 23 de diciembre de 1860 obligaba a cumplir la Real Orden de 1858.

Garrucha nació como municipio independiente el 1 de enero de 1861, como así se recoge en el Acta de Constitución de su primer Ayuntamiento:

“En la población de Garrucha, a primero de enero de mil ochocientos sesenta y uno, siendo las diez de su mañana, se reunieron en las salas donde provisionalmente se han de celebrar las sesiones, los Sres. Don Tomás Latorre, Alcalde Pedáneo de ésta, Don Manuel Berruezo y Don José Laguna, Don Pedro Berruezo Soler, Don Bernardo Gerez Soler, Don Andrés Cervantes Quesada, Don Alfonso Cervantes Quesada y Don Felipe Rodríguez Clemente, que han sido nombrados por el Señor Gobernador Civil de esta provincia para componer el Ayuntamiento que ha de principiar a funcionar en este día, mediante la Real Gracia concedida por S.M. la Reina Doña Isabel II (Q.D.G.) para segregar a este pueblo de su matriz Vera, accediendo así a los deseos de este vecindario, todo lo cual aparece del oficio de aquella Superior Autoridad, de 23 de Diciembre último, que se pone de manifiesto, y de los nombramientos especiales, de fecha del 22 para Alcalde y Teniente que también exhibieron los Señores que han merecido este honor Don Manuel Berruezo y Don José Laguna. En su mérito, el Señor Alcalde Pedáneo, en acatamiento de la orden del Sr. Gobernador, que está de manifiesto y en la que se ordena que desde este día ha de funcionar la Municipalidad nombrada, visto el art. 46 del Reglamento para la ejecución de la Ley vigente de Ayuntamientos, por el que se dispone que el Alcalde entrante preste el juramento en manos del saliente. Considerando que en este pueblo la única autoridad local que existe es el repetido Sr. Alcalde Pedáneo, que debe cesar en sus funciones y en obedecimiento así mismo a la invitación oficial que se le ha pasado para llenar aquella formalidad, dicho Señor Alcalde Pedáneo recibió el oportuno juramento al nombrado para el presente año, Sr. Don Manuel Berruezo, quien lo prestó en manos de aquel, jurando por Dios y los Santos Evangelios guardar y hacer guardar la Constitución de la Monarquía y las leyes, ser fiel a S.M. Doña Isabel II y conducirse bien y lealmente en el desempeño de su cargo.
Acto seguido, el Sr. Alcalde juramentado exigió del Sr. Teniente y Regidores Don José Laguna, Don Pedro Berruezo, Don Bernardo Gerez, Don Tomás Latorre, Don Andrés Cervantes, Don Alfonso Cervantes y Don Felipe Rodríguez, el correspondiente juramento, que fueron prestando en manos de su merced, bajo la misma fórmula ya expresada, verificando lo cual, el inducido Sr. Alcalde, en alta voz y en justa observancia de la Ley y órdenes superiores, declaró constituido el Ayuntamiento interino de este pueblo.
Esto así verificado, la corporación acordó consignar en este Acta, un voto público y solemne a gratitud a nuestra Augusta Soberana Doña Isabel II (Q.D.G.) y a su Ilustrado Gobierno, por la concesión que ha tenido la dignación de otorgar a este pueblo, segregándolo de la Ciudad de Vera, y al Sr. Gobernador de la provincia por la parte que le ha cabido poniendo en ejecución el Real mandato: que se anuncie este acto al vecindario para su conocimiento y que participe de la grata emoción de que este Municipio se haya poseído por ser un acontecimiento que ha de producir infinitos bienes a este pueblo, tanto en el desarrollo de sus intereses materiales, cuanto en el de su razón moral y religiosa.
Que con rectificación de este Acta, se participe al Sr. Gobernador el cumplimiento de su superiores disposiciones; y por último nombrar como secretario interino, para que Certifique, a Don Bernardo Gerez Soler, uno de los Regidores de esta municipalidad, por no tener, al presente, en este pueblo otra persona apta para el desempeño de este cargo.
Y lo firman los Señores presentes, de que yo el Secretario interino que acepto, certifico.
Manuel Berruezo, Tomás Latorre, José Laguna, Pedro Berruezo, Andrés Cervantes, Alfonso Cervantes, Felipe Rodríguez.
Fui presente, Bernardo Gerez, Regidor Secretario. Todos rubricados.”
(Actas Capitulares. Sesión 1 de enero de 1861. Archivo Municipal de Garrucha)
Así pues, y como se ha podido leer, don Bernardo Gerez Soler fue designado regidor y secretario interino de la naciente municipalidad. Este prohombre fue, por tanto, uno de los padres fundadores de Garrucha y tuvo un papel destacado en el porvenir de la villa.

Esta primera Corporación presidida por don Manuel Berruezo (1861-1863) ha sido considerada una de las mejores que ha tenido Garrucha en su Historia. Durante su mandato se aprobó la construcción del Ayuntamiento, Cárcel, Iglesia y Escuela de Instrucción, y la villa fue dotada de Administración de Aduanas y Rentas Estancadas, Ayudantía de Marina, Sanidad Marítima, Compañía de Carabineros del Reino, Intervención de Minas, Feria, la Fundición de plomos San Jacinto, médico titular, notario público y se consolidaron los viceconsulados inglés y francés, lo que facilitó la llegada de capital extranjero para la revitalización de la industria y el comercio que tanto benefició a Garrucha.

Vista del Paseo del Malecón y Ayuntamiento de Garrucha. Hacia 1900

A partir de 1861, don Bernardo Gerez consagró su vida al servicio a los demás y rara vez dejará su silla de concejal. En aquel primer año de emancipación, formó parte de la Comisión de Ornato y de la encargada de realizar el deslinde con Vera. Asimismo, en 1864 fue designado de nuevo Secretario Municipal y fue miembro de la Junta de Sanidad junto a D. Jacinto Anglada Ruiz y D. Telesforo Segura Invernón.

El 1 de enero de 1869 formó parte del primer Ayuntamiento constituido en Garrucha tras el derrocamiento de la Monarquía isabelina y la instauración del Gobierno Provisional, encuadrado en el denominado Sexenio Democrático (1868-1874). Aquella histórica municipalidad la componían:

  • Alcalde: D. Ramón Orozco Segura
  • Regidor 1º: D. Modesto Orozco Segura
  • Regidor 2º: D. Francisco Cervantes Guarinos
  • Regidor 3º: D. Bernardo Gerez Soler
  • Regidor 4º: D. Ramón Cervantes Cervantes
  • Regidor 5º: D. Juan Salvador Segura Invernón
  • Regidor 6º: D. Juan Salvador López Soler

También en 1869 fue designado juez municipal suplente 1º de Garrucha, por lo que ejerció este empleo en ausencia del titular.

Sin lugar a dudas, su máximo apogeo como concejal lo vivió en 1873, cuando fue elegido Alcalde de Garrucha. Sin embargo, los cambios políticos derivados de la inestabilidad de los gobiernos de la I República harían que sólo fuese Presidente del Ayuntamiento unos meses. No obstante, seguiría siendo regidor a lo largo de la década.

Finalmente, don Bernardo Gerez Soler falleció en Garrucha el 16 de junio de 1879, a los 66 años. Cuando le sobrevino la muerte era concejal del Ayuntamiento. El municipio quedó huérfano de uno de los mayores valedores e impulsores, de uno de sus padres. A su muerte, su yerno D. Francisco Berruezo López le tributó las siguientes palabras a modo de epitafio:

Por su afable trato y completa formalidad, ha merecido siempre la consideración y cariño de sus amigos y de todos cuantos le han tratado.

Quién le iba a decir al bueno de D. Bernardo Gerez cuando ingresó, en su juventud, en el Cuerpo de Carabineros, que su vida iba a cambiar drásticamente en pocos años, que su destino no era perseguir defraudadores de Hacienda sino convertirse en uno de los padres fundadores de Garrucha. Desde luego, supo aprovechar la oportunidad que le brindó la minería y, gracias a las amistades que hizo y su valía innata como hombre de negocios, se convirtió en uno de los grandes prohombres del municipio. Un auténtico potentado que consagró su vida al servicio de los demás en su querido pueblo.


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