domingo, 12 de marzo de 2017

A María del Mar, una dama ejemplar de Garrucha


Dña. María del Mar Gerez Segura. Hacia 1880
Col. José Berruezo García
El pasado 15 de febrero se cumplió el centenario del fallecimiento de don Francisco Berruezo López, notable prohombre que dejó profunda huella en la historia de Garrucha y el levante almeriense, y que fue oportunamente homenajeado con una Santa Misa celebrada en la Iglesia Parroquial de San Joaquín.

Sin embargo, sería injusto dejar pasar la efeméride sin recordar a su querida mujer, pues como suele decirse: detrás de un gran hombre hay una gran mujer. Por ello, queremos dedicar unas líneas a la que fue su esposa: la bondadosa Dña. María del Mar Gerez Segura.

Doña María del Mar fue una influyente dama de la alta sociedad garruchera. Era hija del rico propietario, inversor minero y destacado político local don Bernardo Gerez Soler, uno de los padres fundadores de Garrucha, y de su esposa doña Concepción Segura Cervantes. Recibió una exquisita educación, propia de aquella pujante y acaudalada burguesía minera de mediados del siglo XIX.

El 4 de marzo de 1865 contrajo matrimonio en Garrucha con don Francisco Berruezo López; ella tenía 22 años y él 23. El enlace tuvo lugar en la casa del padre de ella y fue oficiado por el cura coadjuntor don Gabriel de Haro Garrido, siendo los padrinos don Manuel Berruezo Ayora y su esposa doña Carmen Caravaca Hernández, y testigos don Pedro Berruezo Soler, don Juan Francisco Berruezo Torres y don Asensio Fernández Morán, significados familiares y personalidades de la localidad. Fruto de este matrimonio nacieron seis hijos, aunque sólo cinco de ellos llegaron a edad adulta: Pedro, Bernardo, Francisco, Concha y Mariquita Berruezo Gerez, los que andado el tiempo harían historia en Garrucha.

Mucho podría decirse de la mujer ejemplar que fue, pero qué mejor que sea la prensa de época la que nos la recuerde con el siguiente artículo que escribió el erudito escritor don José Bueno (pseudónimo Lusitania) con ocasión de su fatídico fallecimiento en enero de 1912.

Doña María del Mar Gerez de Berruezo
Anoche a las siete, entregó su alma a Dios confortada con los auxilios de nuestra Religión, la muy distinguida señora Doña María del Mar Gerez Segura, esposa de nuestro queridísimo y respetable amigo el rico propietario y comerciante don Francisco Berruezo López, y madre política del opulento capitalista y hombre de negocios don Simón Fuentes Caparrós.
Una cruel y larga dolencia adquirida a raíz de la nunca bastante llorada y prematura muerte de su hijo, el inolvidable amigo Bernardo Berruezo, ha llevado al sepulcro a aquella dama, modelo de madres, de esposas, de cristianas, doña María del Mar Gerez constituyó durante muchos años, casi todos los de su vida ejemplar, algo peculiar y característico de Garrucha, que la tenía por hija predilecta y hermoso modelo a quien imitar en todo.
Desde su cargo de Camarera de Nuestra Señora de las Angustias, fue una firme baluarte de la fe católica, una mano siempre dadivosa para el pobre, una fiel guardadora de las costumbres populares de este pueblo creyente y bueno.
Cuantos la conocieron venerarán su memoria, como la respetaron y amaron en vida; para todas las clases sociales fue una bienhechora constante, una amiga sincera que no vacilaba ante el propio sacrificio, si necesario era. Doña María del Mar fue ante todo un gran corazón.
Ha fallecido relativamente joven, y deja un vacío muy difícil de llenar, tanto por sus talentos, como por sus dotes de dama caritativa y noble. Esta desgracia sume en duelo a las principales familias de Garrucha, con quien estuvo emparentada en vida tan llorada señora.
Apenas fue conocido el triste fin, la casa mortuoria se vio invadida por todo el pueblo, deseoso de unirse al justo dolor de la familia.
A toda ella enviamos la más sincera y cordial expresión de nuestro pésame: al esposo infortunado, a las hijas cariñosas, a los hijos que tanto la veneraban… Y al desearles a todos la resignación cristiana necesaria para sobrellevar tan rudo golpe, nos complacemos en pensar que Dios Misericordioso habrá dado ya a aquella gran alma el premio que merecía por sus virtudes.
El cadáver, contenido en el lujoso féretro rodeado de multitud de artísticas coronas fue colocado en una severísima capilla ardiente, en la que cual fue velado por deudos, amigos, dependientes de la casa y de la Corporación Municipal, que está presidida por don Pedro Berruezo, hijo de la difunta.
Su entierro, verificado esta tarde, ha sido una imponente manifestación de duelo, en el que han tomado parte los habitantes de todos los pueblos de esta zona, que han enviado nutridas comisiones para que los representen.
LUSITANIA
24 Enero 1912
(La Independencia, Almería, 27 de enero de 1912)

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